jueves, 28 de marzo de 2013

Con Alma...


Percibiendo el olor de la hierba, maravillada con el color de flores, de las mariposas y del mismísimo cielo, asomada a lo alto del muro sintiendo la magia del sitio en el que estaba, volví a creer en el amor...

"El día en que Alma volvió la vista al cielo, su corazón volvió a latir. El día en que la magia volvió a angelarla, su vida volvió a ser feliz. Y es que es cierto ese refrán que dice que detrás de la tempestad siempre llega la calma... a veces la tormenta dura más o menos, con mayor o menor intensidad, pero siempre, siempre... hay un gran sol al final del día que le provoca una enorme sonrisa y ganas de vivir. Es tan sencillo y complicado a la vez como bucear en lo negro para volver a ver la luz, hay que caer para luego salir a flote. Y Alma cayó, cayó y cayó... hasta el punto de asfixiarse, y poco a poco... y es que con ese nombre, como su alma no iba a volver a ocupar su lugar..."


Este pedacito de cuento, de historia de mi vida, es una de las razones por las que escogí este nombre "Las cosas del Alma"... porque el alma es un almazen donde guardamos miles de recuerdos, sentimientos, más bien sensaciones... como el calor del Sol, la luz de una estrella, la magia de la vida... Y mientras corría a sentarme en lo alto de una roca, a derramar lágrimas por los acontecimientos que me perturbaban, respiré y escribí esto. Se me dibujó una sonrisa al contemplar la grandeza de la Madre Tierra, que siempre me curaba con su silencio y sus cantos, y me devolvía una energía limpia que me fundía en un abrazo-árbol. Mi mar volvía a estar en calma siempre refugiada en la montaña. Ahora sonrío al recordar las miles de historias que surgieron en lo alto de aquella roca...




Supongo que por eso siempre pongo un poco de Alma y de Amor en cada cosa que hago...
 

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