miércoles, 28 de agosto de 2013

Aguja en mano... el tiempo pasa...

"Despertaron los hilos de colores a altas horas de la madrugada, danzando y dibujando formas inimaginables... deseosos de crear algo. La aguja, ante tanto alboroto, también despertó de su letargo, y se unió a tan inesperada ceremonia. Y aún sin estar del todo despierta, no pude más que sonreír y dejarles hacer..."


El día 24 de agosto, Lorena se casaba. Y para Sandra era un día especial. Su amiga iba a unirse con su amor, los nervios, el vestido, vestir a la novia, acompañarla, los detalles de última hora, el reencuentro con viejos amigos y conocidos, mucha ilusión... En su cabeza rondaba la idea de una pulsera que combinara con su precioso vestido, me explicó lo que quería, estuvimos buscando cosas parecidas por el mundo de internet, ¡para que yo visualizara la idea al menos!. Una pulsera vintage color negro y champán...

También era una boda muy especial para mí, Lorena y Eloy habían confiado en mis pequeñas manos para que les hiciera los detalles de boda (schiiiitttt os los enseñaré, ¡pero será otro día!) y estaba francamente ilusionada y nerviosa con el resultado. A mi me habían gustado mucho, ¡pero los iba a ver tanta gente! Puse todo mi amor en ello. En los detalles. En ellos. En Sandra...
Gracias de corazón por haberme elegido para ello. Ha sido muy divertido, muy laborioso y lo he disfrutado mucho. 

Asi que llegué a casa, terminé de envolver lo que quedaba y rescaté la maleta de las telas... ¡madre mía! ¿qué hacía con todo aquello? Dejé sobre la mesa tules, encajes, trozos de tela negros, incluso alguno verde, saqué y rebusqué botones, cadenas... y no tenía ni idea de qué hacer.
Cogí la tijera y sin más, me puse a recortar la tela, había una que tenía unas formas de hoja especialmente bonitas... me la probé en la muñeca y me gustó. La combiné con tela de encaje negra por debajo y oye... ¡quedaba muy bien! Así que, aguja en mano, me puse a coser... Es la primera vez que hago una pulsera sólo de tela, ni siquiera tenía muy claro que fuera a durarle todo el día de la boda, se la veía tan endeble...
Pero el reloj corría y sólo quedaba un día para el "gran día". Le cosí un botón dorado y negro y se la llevé a Sandra. Y como todo lo que hago, a mi pelirroja preferida le encantó. Y como aportación suya la personalizó más todavía cambiando el botón por un camafeo... el resultado... espectacular.



Teníais que verla con el vestido, así luce menos (me refiero a la pulsera, ella brilla cada día)... estaba realmente preciosa. Os dejo unas fotos más para que la apreciéis mejor. Es un diseño único. Aunque podemos diseñaros la vuestra para algún eventillo que tengáis por ahi especial, o porque os apetezca lucir una a diario, ¡como todos los días son especiales!




La modelo (mi pelirroja preferida) es mi amiga Sandra Gil, especial ella donde las haya. Su pulsera no podía ser menos...



Como véis aguantó el día de la boda, y que yo sepa, al menos esta visita a mi casa para hacerse fotos ¡pulsera presumida!






Para la próxima, os enseño los detalles que diseñamos para ese día. Tengo que preparar ese post con calma...
Ahora toca bajar la persiana y descansar.

viernes, 23 de agosto de 2013

Llenas de magia...

"Esperar pacientemente que una rama seca de orquídea reverdezca, sin dejar de regarla y de mirarla un sólo día... y que al cabo de un año, esa ramita florezca de nuevo... es algo realmente asombroso."

La vida está en continuo cambio, y nosotros apenas nos damos cuenta.

Y así, en continuo cambio estamos por aqui con nuestras cosas... Y así, mirando a la orquídea con sus nuevas flores, me doy cuenta de la evolución. De que la vida sigue, y es realmente maravillosa.
Quién iba a pensar que después de haber sido sacada de la tierra, arrojada con despojo de su tierna maceta por mi cachorro de galgo, iba a sobrevivir después de todo. ¡No podéis ni maginaros la de veces que me la encontré entre sus patas en el sofá!.

Creo que nunca os he enseñado ni os he hablado de mis cajas. Mis pequeñas amigas mágicas...
La primera que hice fue hace ya cuatro o cinco años, y sinceramente, cuando la terminé y la vi, me pareció horrible y la escondí en un cajón. Años más tarde (tampoco creáis que hace mucho de esto) la rescaté y traté de restaurarla... La técnica había evolucionado, al igual que yo, mi vida y mi entorno. Todo era diferente. Le grabé una cabeza de galgo, y al terminarla sonreí... Al fin la caja tenía vida. Fernanda (si me lees) es tu caja de la que hablo.

Las cajas están forradas en piel, pintadas a mano, grabadas, con frases positivas, lo que se os ocurra o lo que se me ocurra a mi.


Cada una es distinta. Cada una tiene algo de especial. Nadie tendrá una caja como la tuya. A la que véis en la foto le dibujé un mandala en varios colores. Para el que no lo sepa, un mandala son esos círclulitos que hay por ahí para colorear, que dicen que relaja y demás. A un nivel más profundo, son un símbolo sagrado de unión, de totalidad, de integración. Dicen que todo en nuestra vida posee forma de círculo (el Sol, la Luna, los planetas, etc)
Al principio la verdad que hacía las cajas que a mi me gustaban, ¡me las quedaría todas!... Ahora sé por qué, todas llevan un pedacito de mi. Y todas llevan un mensaje, aunque eso tardé mucho en descubrirlo. Tal vez me di cuenta cuando las manos empezaron a ir solas, a escribir, a dibujar, a veces sin tener demasiado claro que a su destinatario fuera a llegarle o incluso a gustarle... Caso que me alegra que aún no se haya dado por cierto.


La primera de esta foto, lleva en la tapa estrellas azules y plateadas... no sé en que cielo andaba yo ese día. es la caja de "Eres capaz de todo lo que quieras ser" ¿Y quién dice que no?
La segunda, la caja azul, fue un encargo para Maria José, un hada de luz, un ser maravilloso. Asi que lleva varios símbolos, frases y una estrella de Luz Pura, y como no, ¡unas alas dibujadas!
La tercera caja es la caja de "Enraiza a la vida", y sé uno con la vida. No sé por qué la hice así, ni cómo, ni siquiera me acuerdo de cuando... sé que me dejé llevar, y en la tapa coloqué un ojo de tigre precioso y su alrededor iban saliendo raíces del color del oro...No hay sueños imposibles rezaba en la parte delantera. Cosa que me imagino que le esté recordando cada día a su nuev@ dueñ@.


Esta caja, es la de la "Armonía"... y aunque no os lo creáis está llena de luz. 
Lleva una fluorita en la tapa, es una piedra realmente preciosa. De un azul tirando a verde agua, un color que da una paz tremenda con sólo mirarlo. La misma paz que da estar sentado frente a un inmenso mar en calma. A eso me refiero, a ese equilibrio...
Con esta caja me pasó algo que no me había ocurrido con ninguna piedra, se me rompió al medio al manipularla. Me dio una pena tremenda, incluso me debatí entre tirarla o quedármela. Y cuando me enteré de la historia, del por qué de la caja... entendí que la piedra se había roto por algo (soy de esas personas que creen en las causalidades y no en las casualidades). Es muy duro para una madre perder a un hijo, es duro perder a un ser querido para cualquiera, rompe la armonía, el equilibrio y, en lo más profundo de mi ser, pensé que la caja podía devolvérsela ¡quien sabe!. Lo que está claro es que es una de las cajas más especiales y mágicas que he tenido en mis manos y en la que he trabajado siguiendo completamente mi intuición.


Del corazón del medio salen tres nombres, uno el de la persona que me la encargó, otro el del hijo perdido, y el otro es el del perro que decidió acompañarlos en su amor. Están conectados los tres, siento que lo estarán siempre.


"Allá donde esté... siempre seré tu luz" Esto es lo que me encontré escribiendo en los laterales, ya tenía la frase terminada cuando fui consciente de lo que estaba poniendo. De la fuerza que tenían esas palabras, y de la luz que desprendía toda la caja.



Esta es la caja de San, adora a la Luna. Es la primera que pinto con los dedos. Me ha encantado hacerla, ha sido realmente un placer enorme trabajar en ella.


Gracias, de corazón... a todos los que habéis confiado en mis manos.


Esta caja además de la luna, lleva el Moulin Rouge por detrás dibujado en rojo y plata (creo que su dueña es una apasionada), y también una frase que rememora su encuentro en esta vida, el día que se conocieron estas dos amigas. Gracias Laura, por poner en mi alma estas dos últimas cajas que han sido tan especiales.

Y después de este post taaaaaan largo... os deseo dulces y luminosos sueños. ¡Ah y se me olvidaba!


Os presento, como despedida, a uno de los muchos pequeños ayudantes de luz que tengo rondando por el taller. Este es ese cachorro de galgo que al fin ha dejado florecer la orquídea. ¡Es uno de los que cargan las cajas de luz!
En realidad me da que en otras vidas ha sido el lobo blanco guardián de esta bruja, no sé cuantas vidas me habrá acompañado, pero es bienvenido en todas y cada una.
Otro día os hablaré de estos pequeños maestros de cuatro patas, ya tengo ganas...